Nombres como “Palus”, que hacen referencia a un estanque o terreno pantanoso, o “Mont Asperus”, que se refiere a la colina, dieron vida a este pueblo en el que vivieron importantes señoras feudales como Sansa de Santa Eugenia, Elisenda de Montcada, Violant de Bar, o Joana Enríquez, entre otras.
Se recomienda empezar la visita en la plaza Cataluña y subir por la calle asfaltada dirección a La Casa de la Cultura de Ca la Pruna, donde se puede visitar el Museo Arqueológico Submarino y una exposición de vinos y cavas de Cataluña.
De camino a la Playa de Pals, nos encontramos los Masos de Pals, un núcleo que estaba formado por un conjunto de masías fortificadas que tienen un gran valor arquitectónico. Cabe destacar la Iglesia de los Masos de Pals, fechada del s. XVIII. El paseo por su calle principal es muy agradable y se pueden admirar auténticas casas de payés aún hoy habitadas.
La llamada Playa del Grau, con más de 1,5 km de largo y 40 de ancho, es probablemente una de las playas más grandes y con menos densidad de uso de la Costa Brava; se accede en coche y dispone de un aparcamiento vigilado en la temporada de verano. La Playa va desde la desembocadura del río Daró hasta la playa del Racó, término municipal de Begur, y pasa por delante de los antiguos terrenos donde estaban ubicadas las Antenas de Radio Liberty.
El pueblo medieval de Pals tiene su primera referencia en el siglo IX, aunque el recinto amurallado fecha del siglo XII.